La inteligencia artificial y la inteligencia social, una convivencia en armonía

 

¿Estamos preparados para convivir con máquinas inteligentes? La inteligencia artificial avanza en todas las facetas de nuestra vida. En un futuro no muy lejano, compartiremos el día a día con máquinas que, incluso, tomarán decisiones por nosotros. Ellas nos cuidarán cuando seamos mayores, o serán la compañía de muchas personas solitarias. Esta convivencia provocará que establezcamos relaciones parecidas a las que tenemos con otros seres humanos: hablaremos con ellas, nos enfadaremos, les tendremos afecto… Si no nos satisfacen, incluso podremos dejarlas de lado.



Poco a poco, la tecnología adquirirá cada vez más características y semejanzas a los humanos. La inteligencia social será lo que realmente nos distinga. Tomada muy en consideración por Dale Carnegie, cada vez es más valorada, en especial por empresas y recruiters.

 

La inteligencia artificial, en rápida evolución

 

La inteligencia artificial o IA se define como la inteligencia de las máquinas y la tecnología. En general, la IA pretende imitar las funciones de los seres humanos.

Existen diferentes tipos de sistemas tecnológicos dependiendo de las funciones que se deseen replicar. Algunas máquinas tratan de emular el pensamiento humano, como la toma de decisiones, la resolución de problemas o el aprendizaje. Este tipo de sistemas tratan de parecerse a una especie de red neuronal artificial.

Hay otros sistemas que intentan actuar como los seres humanos, en otras palabras, que imitan su comportamiento. Este sería el caso de la robótica, su objetivo es que los robots realicen tareas que por el momento llevan a cabo los seres humanos.

En la actualidad, los sistemas de IA forman parte imprescindible en campos como la economía, la medicina o la ingeniería. En pocos años, existirán máquinas capaces de realizar diagnósticos, recibir y responder consultas de consumidores o conducir de forma autónoma, entre muchas otras aplicaciones.

 

Convivir con la inteligencia artificial nos lleva a una nueva ética

 

El gran desarrollo tecnológico de las últimas décadas ha hecho que aprendamos a vivir con dispositivos electrónicos y a interactuar con ellos.

No obstante, la rápida y próxima evolución en inteligencia artificial supone un reto aún mayor. Por ello, es necesario crear nuevos valores éticos adecuados a ese futuro. La nueva ética deberá considerar la relación del ser humano con las máquinas inteligentes.

La tecnología superará intelectualmente en muchos aspectos a los humanos, llegando incluso a tomar algunas decisiones por ellos. En este escenario, se hace necesario definir la posición y los límites entre máquinas y personas. Será imprescindible crear un nuevo marco de valores acordes a la inevitable relación entre el hombre y la máquina.

 

Las habilidades sociales, las más humanas

 

En este futuro próximo donde conviviremos rodeados de máquinas, lo que nos definirá como humanos serán nuestras habilidades sociales. Dale Carnegie decía: “Cuando tratas con personas, recuerda que no estás tratando con criaturas de lógica, sino con criaturas de la emoción”.

Las emociones son humanas. Los humanos somos capaces de reconocer y empatizar con los sentimientos ajenos. Ésta es una de las claves para relacionarnos de forma óptima con los demás. Por eso, es una de las habilidades más valoradas, hoy y en el futuro.

Dale Carnegie fue un maestro de las habilidades sociales. Él decía que el éxito en nuestras relaciones sociales depende de qué hacemos, qué decimos y cómo lo decimos. Observó que las personas mejor posicionadas en todas las facetas de la vida, son aquellas que muestran más confianza en sí mismas y las que saben desenvolverse sin problemas en situaciones sociales. También defendía que dichas capacidades pueden ser adquiridas y desarrolladas por todos nosotros.

 

3 consejos para alcanzar el éxito social

 

Dale Carnegie observó unos patrones que eran comunes para el éxito de toda interacción social y que exponemos en forma de estos tres consejos:

 

#1. Interesarse genuinamente por el otro

Generalmente, estamos más interesados por nuestras cosas que por los asuntos de los demás. Por esta razón, si queremos ganarnos a nuestro interlocutor deberemos hablar de sus intereses y preocuparnos por ellos.

Otra de las claves es escuchar de forma genuina y prestar atención a lo que nos cuentan. Realizar preguntas con sentido y enfocadas en el tema suele atraer la atención del interlocutor. También es muy efectivo elogiar las fortalezas y los logros de la otra persona.

 

#2. Empezar las conversaciones de una forma amable

La mejor forma de dirigirnos a otra persona es llamarla por su nombre. También suele funcionar iniciar la conversación con un cumplido sincero, con aprecio y simpatía. Un tono amistoso provocará que la otra persona se abra más y actúe de forma natural. Por último, es imprescindible no olvidarse de la sonrisa: es el bálsamo para todas las relaciones sociales.

 

#3. Evitar las discusiones

Las discusiones son uno de los factores que más estropean las relaciones sociales. Si las evitamos, todos salimos ganando. La mejor actitud es recibir de buena gana los posibles desacuerdos agradeciendo los diferentes puntos de vista. Cuando alguien da su opinión, es preferible no interrumpirle. Por último, lo mejor es llegar a áreas donde se coincide y puede haber acuerdo. Admitir los errores también ayuda a esclarecer las situaciones conflictivas y permite resolver rápidamente los desacuerdos.

 

Más información sobre los programas Dale Carnegie

Los programas de capacitación sobre Habilidades de Relaciones Interpersonales de Dale Carnegie ayudan a adquirir todas estas capacidades. Las habilidades de comunicación en el trabajo y en el día a día son esenciales para obtener el respeto de colegas y asociados e impulsar nuestra vida hacia el éxito.

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