Las habilidades sociales y personales del candidato ideal

 ¿Conoces las habilidades sociales y personales que más valoran los empleadores?

 

En los últimos años se ha producido una enorme transformación en el panorama laboral. Con la irrupción de las nuevas tecnologías y los consecuentes cambios vertiginosos del mundo profesional, las empresas buscan cualidades diferentes en sus trabajadores. 

 

Hace unas décadas, se otorgaba una gran importancia al currículum vitae, es decir, a los estudios y a los títulos obtenidos por los postulantes. Hoy en día, los departamentos de recursos humanos tienen más en cuenta otras aptitudes como los valores personales o las habilidades sociales. 



Dale Carnegie fue un adelantado a su tiempo. A través de sus investigaciones descubrió qué aspectos eran determinantes para desenvolverse sin problemas en el ámbito laboral. En dichos estudios llegó a la conclusión de que el éxito en la carrera profesional tiene que ver más con las habilidades sociales y personales que con el número de títulos obtenidos.

 

Una de las capacidades fundamentales destacadas por el autor es la de saber relacionarnos con los demás. También señalaba la capacidad trabajar en equipo, la de reponerse a los fracasos y la capacidad de liderazgo.

 

Las preferencias de los recruiters de nuestro tiempo han dado la razón a Carnegie. Actualmente se busca la cualificación profesional pero, sobre todo, la personal.

 

En los siguientes puntos os desvelamos las cualidades mejor valoradas por los seleccionadores de personal.  Si quieres prepararte para ser el mejor candidato, descúbrelas en las siguientes líneas.

 

 

#1. Un personal motivado

 

Todos preferimos un equipo de personas motivadas por su trabajo. La motivación es uno de los grandes motores de la vida, también a nivel laboral. El interés y el compromiso con el que los empleados afrontan su trabajo, dependen en gran parte de ella. 

 

Con una alta motivación, existe también una mayor implicación por parte del trabajador en la ejecución de sus tareas. De esta manera, aumentan las posibilidades de conseguir los objetivos propuestos por la empresa.

 

Por todas estas razones, si precisamos incorporar a alguien a nuestro equipo, es imprescindible conocer el nivel de motivación que muestra por trabajar en nuestra organización. Para ello, es necesario saber si el candidato conoce a la empresa y si está de acuerdo con su filosofía, misión y valores. Estos datos nos proporcionan una valiosa información sobre si estamos frente al candidato ideal.

 

Por otro lado, si deseamos incorporarnos a un puesto de trabajo, podemos mostrar nuestro interés conociendo a fondo la organización antes de la entrevista. Buscar información en la red o preguntar a personas que conocen el sector, son métodos que funcionan.

 

Una vez dentro del equipo, los gestores pueden alimentar la motivación de los empleados reconociendo su valía, ayudándoles a aprender de los errores y ofreciéndoles retos estimulantes.

 

#2. Una actitud adecuada

 

Como es de suponer, un buen empleado requiere mostrar una actitud adecuada. Esta capacidad engloba diversos aspectos como asumir las responsabilidades, respetar a los demás y cumplir con las tareas asignadas. La responsabilidad se muestra realizando las actividades previstas y optimizando al máximo el tiempo.

 

Asimismo, se valora que la persona sea amable con el resto del equipo y que mantenga una buena relación. En cuanto a los errores, una buena actitud comprende reconocerlos y aprender de ellos. También valorar los logros del resto de compañeros. Una actitud positiva supone ser sincero y transmitir ilusión por los proyectos y los progresos de la empresa.

 

La proactividad es otra de las cualidades muy valoradas. Se demuestra tomando la iniciativa y emprendiendo acciones para solucionar por uno mismo las dificultades. También desempeñando las funciones asignadas, sin que las situaciones desfavorables influyan en el proceso.

 

 

#3. Saber adaptarse a las nuevas situaciones

 

La adaptabilidad es una de las cualidades más importantes en los empleados. Los grandes cambios que se han dado en los últimos tiempos han provocado que se postule como una cualidad al alza.

Teniendo presente todo esto, las empresas buscan trabajadores que sepan adaptarse a  las nuevas situaciones, por muy complejas que parezcan. La citada habilidad es un requisito indispensable para ajustarse a un contexto variable y para posibles transformaciones a nivel interno de una empresa.             

 

#4. Una buena dosis de inteligencia emocional

 

Una de las cualidades más valoradas en las empresas es la capacidad de gestionar las emociones propias y reconocer las emociones ajenas. Este conjunto de cualidades las conocemos hoy con el nombre de inteligencia emocional.

Gracias a este tipo de inteligencia, gestionamos mejor nuestro mundo emocional. Podemos modular lo que sentimos para evitar conflictos y dar lo mejor de nosotros mismos. De esta manera, generamos más resultados positivos para nosotros y para la empresa. Si conseguimos gestionar las emociones, es el primer paso para lograr otras cualidades importantes como la motivación, la empatía o la capacidad de liderazgo.

Por otro lado, si somos empáticos y sabemos anticiparnos a los deseos y emociones de los demás, mejoraremos las relaciones sociales. Las interacciones humanas forman parte del sustrato sobre el que se sustenta una organización, por tanto, sus cimientos han de ser sólidos. La empatía ayuda a crear vínculos estables y duraderos con el resto de compañeros.

 

Más información sobre los programas Dale Carnegie

Los programas de Dale Carnegie enseñan a mejorar todas estas habilidades sociales y sociales para que las organizaciones y los que forman parte de ella se sientan más felices y seguros.

Puedes consultarnos, estaremos encantados de atenderte.

 

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