La riqueza de la diversidad generacional

¿Podemos potenciar las ventajas de convivir con compañeros de trabajo de diferentes generaciones? 

Las diferencias entre generaciones son cada vez son mayores. Esto se debe al gran salto tecnológico que se ha producido en los últimos años, entre otros factores. Hemos pasado de hablar por teléfono fijo a trabajar con las nuevas tecnologías. Esto implica cambios profundos en todas las facetas de nuestra vida, incluida la profesional. 

¿Sin embargo son más cosas las que nos unen. ¿Por qué no centrarnos en éstas? Actualmente están en activo cuatro generaciones distintas. Más allá de sus nombres, cada una de ellas posee unas virtudes y unos valores que enriquecen el mundo laboral.

 



La diversidad es enriquecedora

 

Personas de diferentes edades pueden trabajar en una misma compañía. Desde jóvenes que acaban de estrenarse en su primer empleo, hasta trabajadores a punto de jubilarse. 

 

A grandes rasgos, las personas con más edad suelen apreciar la seguridad y les motiva más trabajar para grandes compañías. En general, han vivido la transición entre el mundo analógico y el digital en la vida adulta.

 

Por otro lado, los jóvenes están más acostumbrados a realizar diferentes tareas a la vez. Suelen tener menos miedo a emprender y a cambiar de empleo. En cuanto a la tecnología, están acostumbrados a utilizar cualquier tipo de dispositivo desde la infancia.

 

Dejando aparte las diferencias individuales, existen las propias de haber nacido en una época u otra. Si tenemos la suerte de trabajar con empleados de diferentes generaciones, tendremos más diversidad de personal. Esto se traduce en un equipo de personas que contará con más conocimientos y habilidades. En otras palabras, será un equipo más rico en talento. Las distintas perspectivas y maneras de hacer, nos llevan a crecer, tanto a nivel personal como profesional. En definitiva, la diversidad es enriquecedora.

 

En cualquier compañía es importante que todas las personas estén motivadas y confortables en sus puestos de trabajo. Para ello, es recomendable que los responsables de equipo transmitan el valor que cada empleado aporta a la empresa. Dale Carnegie afirmaba que para obtener lo mejor de una persona, es importante que sepa que la empresa confía en ella. Un buen líder es capaz de transmitir eficazmente dicha confianza.

 

 

Nos une la diferencia

 

Como hemos visto, cada una de las generaciones posee una serie de particularidades que las define. Esto implica que pueden convivir en una misma empresa varias maneras de concebir la vida y el trabajo.

 

Las expectativas profesionales, la forma de distribuir los horarios o la introducción de las nuevas tecnologías, son algunos de los puntos de vista que pueden ser dispares.

 

Para ser un buen líder ante esta diversidad, es necesario tener una comprensión profunda de las diferentes posturas. Dale Carnegie destacaba la relevancia de la escucha activa. Prestar atención y observar para conocer lo que opina cada uno. Sólo de esta forma, tendremos en cuenta todos los criterios y encontraremos soluciones equilibradas.

 

Disfrutar de un equipo con personas de diferentes edades, nos aportará perspectivas distintas de una misma realidad. Esto nos proporciona distintas opciones para resolver una misma situación. Es más, estas ideas pueden unirse para crear una solución mejor. Y es que cuando nos complementamos, lo que más nos une es la diferencia.

 

Cómo sacar lo mejor de cada generación

 

Las personas de cada generación están marcadas por el entorno en el que han crecido. Esto les confiere unas características distintas a la par que enriquecedoras para el resto. Las diferencias que pueden parecer a priori una dificultad, resultan ser una fuente inagotable de ventajas como veremos a continuación.

 

Las personas que llevan más tiempo en la empresa, poseen una experiencia de la que las nuevas generaciones pueden aprender. El hecho de haber tenido muchas vivencias, les otorga más recursos para resolver las posibles dificultades del día a día. Además, son los que han vivido de una forma más intensa las relaciones sociales “face to face”. En este sentido, pueden ser un modelo para las siguientes generaciones.

 

De los más jóvenes, se nos contagia la osadía de emprender. En los equipos de trabajo es muy positivo que exista heterogeneidad de personal. Las últimas generaciones valoran más el tiempo libre y pueden ayudar a que las condiciones de trabajo sean más sostenibles, más respetuosas con la vida personal.

 

Además, sus habilidades para las nuevas tecnologías son de gran valor para las empresas. En este ámbito, pueden convertirse en los maestros del resto de sus compañeros. Por último, la costumbre de la juventud de poner todo en cuestión ayuda a descubrir nuevos métodos de hacer las cosas.

 

Dale Carnegie defendía la singularidad de cada persona y su capacidad para aportar algo significativo en las empresas. Si este principio lo trasladamos a las generaciones, entenderemos que lo más indicado es conocerlas y saber extraer lo mejor de cada una de ellas.

 

Que un equipo de trabajo esté formado por personas de diferentes edades significa tener un  personal con habilidades complementarias. Esto enriquece a todo el equipo humano y a la actividad empresarial.

 

Los programas Dale Carnegie son muy efectivos para entrenar habilidades de liderazgo y conocer cómo potenciar el talento de un equipo intergeneracional. Pregúntanos y te lo explicaremos con detalle.

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