El capital social: el tesoro de las oportunidades

 

 

Seguramente has oído hablar alguna vez del capital social. ¿Pero sabes qué es exactamente? ¿Conoces qué puede hacer por ti? 

 



¿Qué es el capital social?

 

Podemos definir el término de capital social desde el punto de vista de la contabilidad o desde la sociología.  Según esta última, el capital social está formado por aquellos recursos que disponemos gracias a nuestras relaciones sociales. Dichos recursos pueden ser utilizados como instrumentos con los que aumentar nuestra capacidad de acción y satisfacer nuestros objetivos y necesidades.  Este concepto está íntimamente relacionado con nuestra red de contactos. Por ejemplo, podemos obtener empleo o recibir ayudas gracias a nuestros amigos y conocidos.

 

En consecuencia, se trata de un factor decisivo respecto a la capacidad de las personas de mejorar sus condiciones de vida. También es determinante para afrontar momentos de crisis. Es más, se trata de un elemento crucial para recuperarse de los tiempos difíciles.

 

El mantenimiento de los vínculos sociales requiere una inversión de tiempo y de dedicación. No obstante, los beneficios en forma de solidaridad, de defensa y de obtención de información, son múltiples. Todo esto aumenta enormemente la capacidad de actuación y de decisión de la persona.

 

¿Por qué debemos cuidar nuestro capital social?

 

Son muchas las investigaciones que ponen de manifiesto las ventajas que generan los contactos sociales. Según algunos estudios, es más fácil encontrar trabajo  dependiendo del número de personas con las que mantenemos una relación duradera que dependiendo del número de títulos académicos que poseamos. Es más, se ha comprobado que la remuneración económica está más relacionada con la extensión de las relaciones sociales que con el nivel educativo. Además, debemos destacar los enormes beneficios que aporta el capital social para el bienestar subjetivo de las personas.  Ciertos autores señalan que el mejor predictor de la felicidad de una persona radica en la profundidad y en la calidad de sus contactos sociales. Dale Carnegie ya ponía el foco en la calidad de nuestras relaciones como la fuente del éxito en todas las facetas de nuestra vida.

 

Si miramos más allá, está demostrado que las sociedades que poseen redes sociales con elevados niveles de capital social tienen menos problemas de pobreza y de delincuencia. Podemos afirmar que las redes sociales nos protegen contra contrariedades como la escasez económica, las dolencias físicas y mentales o los problemas de la sociedad.

 

Por todo lo visto, mantener y mimar a nuestros contactos es cuidarnos y protegernos a nosotros mismos. Por tanto, merece la pena dedicar parte de nuestro tiempo a los amigos y a los conocidos. Debemos cuidar nuestro capital social como lo que es: un preciado y valioso tesoro.

 

Cómo aumentar el capital social

 

Vistas las ventajas, tal vez ahora mismo te estás preguntando: ¿cómo puedo a aumentar mi capital social? En las siguientes líneas te damos respuesta a esta cuestión con cuatro sencillos pasos que te harán aumentar la calidad y cantidad de tu red de contactos.

 

#1. Tu actitud es lo más importante

Sin duda, la manera cómo nos relacionamos con nuestro entorno es determinante para la salud de nuestro capital social. Una variable muy importante a la hora de hacer contactos es la actitud. Dale Carnegie ya señalaba la necesidad de estar abierto y de no alimentar prejuicios hacia los demás.

 

La mejor manera de crear una red de contactos de calidad, es querer compartir ideas, conocimientos y puntos de vista. Para ello, es preciso tomar una posición receptiva y tolerante.

 

Para hacer un autodiagnóstico sobre nuestra actitud, podemos formularnos la siguiente pregunta: ¿soy la persona que me gustaría conocer? En la respuesta hallaremos muchas de las claves para mejorar nuestro comportamiento a la hora de establecer nuevas relaciones.

 

#2. Ves donde vayan los demás

¿Dónde podemos conocer personas? La respuesta es sencilla, donde van las personas.

 

Puede parecernos difícil acudir a eventos con numerosos asistentes, pero realmente es la forma más eficaz de entablar nuevas conexiones. Cada actividad que realicemos puede ser una oportunidad para ampliar nuestros contactos. Hoy día podemos encontrar mucha información en internet, las redes sociales virtuales también pueden ayudarnos en este empeño. 

 

#3. Aprende a conversar

Cuando se da la suerte de que conocemos a alguien que nos parece interesante, es el momento de poner a prueba nuestras dotes comunicativas. Si nos sentimos inseguros, es posible que nos ayuden los consejos de Dale Carnegie. En primer lugar, es recomendable aprendernos el nombre de la otra persona y emplearlo para dirigirnos a ella. También nos ayuda el hecho de mantener una escucha activa e interesarnos de forma sincera por los intereses del otro. Por último, nunca debemos olvidarnos de sonreír, es el mejor bálsamo en todas las relaciones sociales.

 

#4. Cuida a tus amigos de toda la vida.

Aunque parezca obvio, no debemos olvidarnos nunca de nuestros amigos de toda la vida. La ventaja es que ya los conocemos y nos conocen, así que lo único que tenemos que hacer es alimentar nuestra amistad. Ir a tomar café con ellos de vez en cuando o una llamada telefónica son gestos que mantienen la llama viva.

 

En definitiva, el capital social es un tesoro que debemos cultivar y cuidar. A veces, este cuidado sólo se mantiene con pequeños detalles muy fáciles de llevar a cabo. A cambio, el valor de nuestro capital social es incalculable.

 

Más información sobre los programas Dale Carnegie

Los programas de Dale Carnegie te ayudan a desarrollar las habilidades de comunicación para mantener y alimentar tu capital social. ¿Cómo? Pregúntanos y con mucho gusto te lo explicaremos.

 

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