Descubre cómo ganarte a los demás

El respeto, la admiración y la simpatía de los demás nos aporta una mayor autoconfianza y nos abre las puertas a grandes oportunidades.

Dale Carnegie supo encontrar las claves más importantes de las relaciones con las personas.  Compartimos contigo algunas de ellas...



Somos seres sociables por naturaleza, necesitamos ser reconocidos y apreciados por nuestros congéneres. 

Dale Carnegie supo encontrar las claves más importantes de las relaciones con las personas. Sus consejos acerca de cómo hacerlo continúan funcionando a día de hoy, puesto que tocan las teclas de nuestra parte más humana.

 

Son recomendaciones universales y aplicables en cualquier momento y época. Ése es, precisamente, el secreto de su éxito: ¡que funcionan!

 

Ganarse a los demás no es difícil

 

En su Libro de Oro, Dale Carnegie enumera 12 principios de relaciones humanas para conseguir la aquiescencia y el apoyo de las personas. En este post, compartimos los seis primeros:

 

#1. La mejor forma de ganar una discusión es evitándola.

 

Ésta es una de las frases de Dale Carnegie más compartidas en redes sociales. Si uno no quiere, dos no discuten. ¿Cómo no entrar en polémicas que puedan llevarnos a acabar en una pelea?

 

En primer lugar, se trata de ser conscientes de que nosotros elegimos si queremos discutir o no, de que está en nuestras manos. En segundo lugar, saber que no hace falta tener siempre la razón. Sólo el ego quiere tener siempre la razón. Toda opinión es respetable… y posible. Nosotros llevamos nuestra razón, que es distinta a la de los demás.

 

#2. Demuestra respeto por las opiniones ajenas. Jamás digas ‘estás equivocado’.

 

Este consejo viene a matizar el anterior. Si somos capaces de respetar todas las opiniones, podremos transmitir un mensaje de aceptación, de tolerancia.

 

Cuando alguien piensa de una determinada manera, tiene sus motivos y éstos son, para esa persona, esenciales. Intentar convencerla de otra cosa es pecar de soberbia, decirle que está equivocada es situarnos en una posición superior a ella y no tener en cuenta su punto de vista, no respetarla como persona. No somos ni más ni menos que los demás, tan sólo somos distintos.

 

#3. Si tú estás equivocado o equivocada, admítelo, rápida y enfáticamente.

 

Aceptar el error es aceptar que somos vulnerables, como los demás. La humildad es un valor, cada vez más apreciado, porque construye relaciones auténticas.

 

La humildad nos hace fuertes y valientes, nos da valor para pedir ayuda, para contar con los demás cuando nos hace falta. Y, en contra de lo que pueda parecer, fortalece el trabajo en equipo, que es siempre mucho más enriquecedor.

 

#4. Empieza de forma amigable.

 

Cuando nos dirigimos a alguien, cuando vamos a comunicarle un deseo, una opinión, una petición consideremos la manera cómo damos inicio a nuestra comunicación. Una frase, una mirada, una sonrisa amigable nos abrirá los oídos y el corazón de la otra persona. Pruébalo y verás cómo cambia la reacción de nuestro interlocutor.

 

¿Por qué, entonces, nos cuesta tanto ser amables? Tan sólo es un hábito que se cultiva y se practica, tan sólo necesita de nosotros una decisión firme de querer ponerlo en marcha.

 

#5. Consigue que la otra persona diga ‘sí, sí’ inmediatamente.

 

Cuando, mediante una serie de preguntas bien enfocadas, logramos que las personas nos respondan de forma positiva dos veces, tiene un significado claro. Nos expresa que esta persona está alineada con nosotros, que está abierta a escuchar lo que le digamos. Es un signo que nos indica que vamos por buen camino, que podemos avanzar en la comunicación de lo que queremos plantearle.

 

#6. Permite que sea la otra persona quien hable más.

 

En nuestra cultura estamos acostumbrados a hablar mucho y a escuchar poco. Pero es escuchando como se aprende, escuchando y observando de forma activa y consciente.

 

Cuando dejamos que la otra persona se exprese, no sólo le estamos demostrando que nos interesa lo que dice, sino que también le manifestamos que nos interesa como persona. Ambas cosas son muy importantes. Además, nos permite conocerla mejor, saber cómo piensa y cómo siente.

 

Entrenamiento Dale Carnegie

 

Todas estas claves de Dale Carnegie se aprenden y se practican. En los programas de entrenamiento, se plantean ejercicios concretos para que los participantes integren estos conocimientos y puedan aplicarlos con exitosos resultados a la vida diaria, en niveles tanto profesionales como personales. 

Por eso siempre decimos que los programas Dale Carnegie son eminentemente prácticos, y útiles para cualquier circunstancia de la vida en la que intervengan las relaciones con personas. Es decir, casi cualquier situación cotidiana de nuestro quehacer diario.

 

  

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